Bolonia es reconocida como la ciudad que produjo mayor cantidad de pintoras en el siglo XVII, hecho que se debe en parte a que allí la mujer logró muchos avances en el reconocimiento de sus derechos. Fue en este lugar donde nació Elisabetta, en el año 1638, y como la mayoría de las artistas de la época aprendió a pintar con su padre, Giovanni Sirani -seguidor del estilo de Guido Reni-. Afortunadamente, la joven recibió el apoyo de quien luego sería su biógrafo, el conde Carlo Cesare Malvasia, comenzando su desarrollo como pintora en el año 1650.
A los 19 años Elisabetta comenzó a pintar como actividad profesional y pronto se hizo cargo del taller de su padre para así poder mantener a su familia. Debido a su gran talento, su taller llegó a ser visitado por amantes del arte de toda Europa, interesados en presenciar su proceso pictórico. Sin embargo, la velocidad con la que ejecutaba sus cuadros puso en tela de juicio la autenticidad de muchos de ellos. Se llegó a creer que tenía ayudantes que colaboraban en la elaboración de sus obras, y por esta razón tuvo que someterse a demostraciones en público para verificar que era ella y nadie más la autora de sus pinturas.
La pintura, el dibujo y el grabado no fueron las únicas actividades cultivadas por esta artista; también incursionó en la música y la poesía. En todos estos ámbitos desarrolló sus obras en torno a temas históricos y religiosos. También realizó retratos de grandes personajes y autorretratos.
Porcia hiriéndose el muslo (1664)
(tema histórico)
El bautismo de Cristo (1658)
(tema religioso)
El estilo de su pintura difiere un poco del de sus dibujos a lápiz y tinta, caracterizados por fuertes contrastes de luz y sombra. En concordancia con la escuela clásica boloñesa, en su pintura suaviza más los contrastes con sombras tostadas. La composición es simple, la pincelada rápida. Algunos califican su estilo como de tendencia decorativa y otros también han notado dificultades en sus dibujos anatómicos, tal vez por no poder representar desnudos con modelos vivos.
Como legado, esta artista no sólo dejó una producción de 200 obras. También tuvo el mérito de haber fundado una Escuela de Arte para mujeres en Bolonia a la temprana edad de 14 años, junto con varias discípulas, y en la que surgieron varias pintoras profesionales.
Elisabetta Sirani fue reconocida internacionalmente y, debido a esto, en la actualidad sus obras se encuentran en varios de los museos más importantes del mundo, como la Pinacoteca Nacional de Bolonia, la Galería Uffici o el Museo Nacional de Mujeres en el Arte en Washington.
Elisabetta Sirani fue reconocida internacionalmente y, debido a esto, en la actualidad sus obras se encuentran en varios de los museos más importantes del mundo, como la Pinacoteca Nacional de Bolonia, la Galería Uffici o el Museo Nacional de Mujeres en el Arte en Washington.
Autorretrato como alegoría de la Pintura (1658)
Museo Pushkin, Moscú
Retrato de Anna Maria Ranuzzi Marsigli como Caridad (1665)
Óleo sobre lienzo, 96 x 78 cm, Bolonia
Virgen y el Niño (1663)
Óleo sobre lienzo, 86 x 70 cm
Museo Nacional de Mujeres en las Artes, Washington
A continuación, podemos ver un breve vídeo que muestra algunas de las obras de Elisabetta Sirani:
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