La única monografía que existe hoy en día sobre esta autora fue la que publicó Massimo Pulini y en realidad la suya ha sido una resurrección histórica puesto que la pintora apenas aparece referenciada en las fuentes, y muchas de sus obras fueron atribuidas a otros pintores más conocidos. Incluso, en vida, fue poco reconocida como se comprende del hecho de que su nombre solo aparezca en el apéndice de Elisabetta Sirani como una de sus ayudantes, en la obra Felsina Pittrice de Cesare Carlo Malvasia.
Podemos decir que se tienen pocos datos sobre su vida y se deduce la fecha de nacimiento gracias a la existencia de documentos que se refieren al día y la edad de su muerte. Aunque hay que tener en cuenta la poca fiabilidad histórica de este tipo de documentos.
La formación como pintora debió estar conducida, en un primer momento, por Giovanni Andrea Sirani, el más fiel de los ayudantes de Guido Reni, por lo que el estilo del maestro Reni estuvo muy presente en la educación artística de Ginevra.
De entre los documentos sacados a la luz por Sabbatini destaca El inventario para la tutela que en 1668 lega Ginevra a su hija. En él relacionan 51 obras que tenía Ginevra todavía en su poder, entre las que sobresalen una serie de dibujos sobre cristal –especialidad que había trabajado en el taller de Giovanni Andrea Sirani-, algunos retratos, alegorías y una amplia serie de pinturas religiosas dedicadas a la virgen.
¿Pero de dónde nace la atribución a Ginevra Cantofoli de la Sibilla que conserva el Palacio Barberini? En efecto, la obra romana que representa a una sibila y que fue considerada durante mucho tiempo El retrato de Beatrice Cenci, no está firmada, ni se contienen datos documentales de quién puede ser su autor, por lo que la atribución a Ginevra Cantofoli es una hipótesis. La pirámide atributiva que finaliza con la Sibilla como obra de Cantofoli, la inició Massimo Pulini en su obra monográfica de 2006 sobre la pintora bolognesa; sin embargo otros autores ya habían apuntado previamente esta posible autoría del cuadro. La obra que funciona como llave para desenmascarar a la autora de la famosa obra romana, es otra tela que se conserva en la Pinacoteca de Brera en Milán. Dicha obra se titula Alegoría de la pintura aunque durante mucho tiempo fue considerada como el Autorretrato de Ginevra Cantofoli. La obra milanesa tampoco aparece firmada, pero desde el inicio del siglo XIX tiene asociado el nombre Ginevra Cantofoli en la documentación del museo.
Ginevra Cantofoli. Allegoria della pittura (Autoritratto).
1660. Pinacoteca di Brera
Pulini comenta que es imposible saber en qué documento o hecho se basa la atribución a Cantofoli de esta obra, aunque es cierto que la obra evidencia una antigua restauración de datación imprecisa, que bien pudo borrar la firma de la pintora bolognesa .Sin embargo, en 1813, cuando la obra pasó a formar parte de la colección de Brera en Milán, el nombre de Ginevra Cantofoli era totalmente desconocido, no sólo en la capital milanesa, sino en la propia Bologna, puesto que como ya hemos comentado el nombre de Cantofoli no apareció en las fuentes, sino como un apéndice en la vida de Elisabetta Sirani. La atribución, por tanto, de esa obra al pincel de Ginevra Cantofoli se debió basar en alguna inscripción o firma que trajese, o en algún documento que acompañase a la obra, actualmente desaparecido.
Frisoni (Allegoria della pittura) estudió el óleo de Milán y reconoció la posible autoría de Ginevra Cantofoli, ya que se encuentra cerca del estilo de su maestra y amiga Elisabetta Sirani.
Pulini además reafirma esta hipótesis con el descubrimiento de dos cuadros de altar de Ginevra Cantofoli puesto que sí existen fuentes documentales de los mismos: Santo Tomás de Villanova y la Virgen del Rosario como Inmaculada Concepción. Para reforzar esta atribución, hay que tener también en cuenta, el dibujo que se conserva en el British Museum de Londres y que está igualmente atribuido a esta autora.
Se trata de un estudio realizado en tiza roja, y que representa a una joven con turbante en posición de espaldas, que gira su cabeza para dirigirse al espectador. Así pues, nos encontraríamos con Ginevra Cantofoli como la autora del mal llamado retrato de Beatrice Cenci de Roma, quedando desacreditada, debido a los últimos estudios, la tradicional atribución a Guido Reni. Sin embargo, nos llama la atención el hecho de que las fuentes bibliográficas y populares siguen citando la obra de Roma como el retrato de Beatrice Cenci, de Guido Reni quedando su autora en un segundo plano que casi siempre queda olvidado.
Para finalizar, podéis disfrutar de un vídeo que resume las obras más destacadas de nuestra artista.
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